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La Resistencia Indígena en la Literatura Centroamericana

9/23/2019

 

Abstract

Throughout my formal schooling years, I had developed a passion and a general understanding about what constitute a literature piece. Nonetheless, when I was exposed to contemporary Central American literature, I soon realized that these preconceived notions about literature did not aptly served in breaking down the meaning behind Central American creative writing. In this essay, I explore the idea of the decolonization of literature by closely examining the thematical structure of Luis De Lion’s novel, El tiempo principia en Xibalba. I suggest that De Lion’s novel is pivotal in exploring the unique linguistic contributions of indigenous languages to the Spanish spoken in Guatemala.
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Jennyfer Rodriguez
Jennyfer Rodriguez is a linguistics and Central American Studies Double Major student, whose research interests are directly linked to her experienced being born and raised in Guatemala City. She has volunteered for organizations such as SALEF to make the appropriate connections between her academic course work and working to meet the Central American communities’ needs.
Por siglos los pueblos indígenas que residen en el área que hoy es conocido como Guatemala han sido sistemáticamente subyugados y reducidos a ser considerados seres inferiores en la sociedad en la que coexisten (desde el tiempo de la colonia hasta el discurso capitalista actual). El filósofo y crítico literario Michel Foucault propone que esta sumisión (en este caso, de parte del indígena) se debe al poder pastoral como autoridad que se infiltra en todos los aspectos de una sociedad—que no es ajena al estudio de la literatura desde una perspectiva del colonialismo moderno. Al examinar la literatura centroamericana, específicamente, es necesario el poder imaginarnos ser “otro” fuera de este contexto para poder analizar el statu quo del humanismo en la academia. Teniendo esto anterior como punto de partida, podemos especular que en la novela El tiempo principia en Xibalbá de Luis de Lión, el autor nos narra un imaginario donde los pueblos indígenas simbólicamente profanan la nación moderna representada por la iglesia, el capitalismo, la prostitución y el ejército. No obstante, el enfoque de esta presentación se desenvolverá a partir de la temática de la profanación de la religión y el capitalismo.

El narrador, cuya identidad nunca nos es revelada, presenta el ambiento de manera que nos da la pauta de que se trata de áreas remotas del altiplano del país de Guatemala: con su descripción del frio, vientos feroces, y la sencillez de la belleza rural implícita. Estos elementos yendo de la mano con la pobreza extrema, presentan el escenario en donde se desenvuelve la trama. Aun cuando sería un error el enmarcar esta pieza literaria bajo la categorización de
“novela maya” como propiamente tendríamos la avidez de hacer, es de considerable importancia entender el contexto de la cosmovisión del autor como representación del maya intelectual. Hasta cierto grado, los personajes en la novela—y el narrador en si—dan a percibir un rechazo en contra del colonialismo moderno. Sin embargo, aun parecen mostrar una sumisión ante los elementos eclesiásticos, especialmente, pero con una mezcla de prácticas y creencias que se considerarían de descendencia maya. Aquí, podríamos decir, se encuentra evidencia de la rebelión indígena en contra de las formas modernas del colonialismo que se respira en el ámbito ficticio de esta novela.  

Se empezará por analizar más de cerca y proponer el significado del título de la novela. En la traducción del Popol Vuh de Fray Francisco Ximénez al latín, se presenta a Xibalbá como a la idea del infierno partiendo de la perspectiva católica. Este Fray, quien tradujo la versión original del Popol Vuh al latín, se basó en un paralelismo para transferir la temática encontrada en el “Libro de Consejos” de los Quiche para convertirlo en una versión antigua de “Biblia Quiche”.  
"Después descendieron al camino que lleva a Xibalbá, de pendientes muy en declive. Habiendo descendido así, llegaron al borde de los ríos encantados de barrancos llamados Barranco Cantante Resonante, Barranco Cantante, que pasaron sobre ríos encantados con árboles espinosos; innumerables [eran] los árboles espinosos, pasaron sin hacerse daño. En seguida llegaron al borde del río de la Sangre, [y] allí pasaron sin beber. Llegaron a otro río, de agua solamente; no habiendo sido vencidos, lo pasaron también. Entonces llegaron allí donde cuatro caminos se cruzaban: allí fueron vencidos, allí donde cuatro caminos se cruzaban. Un camino rojo, un camino negro, un camino blanco, un camino amarillo; cuatro caminos."
En esta traducción de Miguel Ángel Asturias del Popol Vuh, se hace referencia a Xibalbá como destino al final del “camino negro”. A pesar del sentido que le dan estas traducciones a este libro sagrado, la ideología ilustrada por Xibalbá se asimila al referente del inframundo. El concepto del inframundo en términos generales, y como referencia al significado que se cree se encuentra en el Popol Vuh, se refiere a un mundo mitológico que se encuentra en el centro de la tierra en donde habitan espíritus y seres apocalípticos. Mas, podemos conjeturar que el sentido de la palabra inframundo como sinónimo-significante de Xibalbá en la novela de De Lión es la de un conjunto de personas que viven en una situación de marginación social. Cabría mencionar que se especula que, para los mayas en la antigüedad, el concepto de Xibalbá no tenía la connotación maligna paralela a la idea del infierno, sino que era visto o entendido como parte de la naturaleza de la vida. Este breve estudio lingüístico del título de la novela propone el análisis de la novela en si desde una dinámica fuera del humanismo propiamente definido por preceptos occidentales. 

En la novela, el narrador exhibe la noción de que el indígena actual, expresa cierto rechazo por el Popol Vuh y lo ve como algo que forma parte de un pasado lejano; al igual que el concepto del comunismo: 
"… [el padre] solo se detenía en el sermón por un rato para predicar en contra de los  protestantes, de los que no había ni uno en el pueblo; […], y de vez en cuando también en           contra de los comunistas, que para la gente del pueblo era como oír hablar de una España lejana  y perdida entre el mar o como un libro raro llamado Popol Vuh […]"
Este pasaje de la novela describiendo la actitud del pueblo ante los sermones del padre, lleva al lector a asumir que (1) el colonialismo en su forma moderna se manifiesta por medio del rechazo impuesto al indígena por su pasado—el Popol Vuh; y (2) se hace presente una de las primeras revelaciones de una crítica casi imprevisible en contra de la militarización forzosa de los pueblos indígenas por la especulación, o más bien excusas, de que entre ellos se encontraban rebeldes/guerrilleros/protestantes/comunistas. 

Al igual que es importante el exponer una propuesta para lo que representa Xibalbá (no solo en la mitología maya, sino también en el contexto de la novela), asimismo es preciso el tratar de entender el concepto del tiempo preconcebido por el maya antiguo. Según la Dra. Mercedes de la Garza, del Centro de Estudios Mayas de la Universidad Nacional Autónoma de México, el concepto que los mayas tenían acerca del tiempo era el de una temporalidad cíclica. Esta pauta lleva consigo la idea del tiempo siendo infinito; en contraste con el concepto del tiempo desde la perspectiva bíblica en donde el tiempo es linear (empieza con la Creación y termina el día del Juicio Final). La Dra. Mercedes especula que los mayas conceptualizaron el uso de la astronomía y la matemática como herramientas para medir el tiempo en función de la vida del a naturaleza y la del hombre. El sistema calendario creado por los mayas como representación de la noción del tiempo vendría a concretar una manera de predecir acontecimientos de naturaleza cíclicos en la historia. En otras palabras, se piensa que era de suma importancia el conocer el pasado como guía para predecir el futuro (como herramienta para los sistemas de siembra, por ejemplo). Estos hallazgos del pensamiento intelectual maya invitan al lector de la novela de De Lión a contemplar la temática de la novela dentro de una temporalidad trascendental sin ser en si vertiginosa a preconcepciones occidentales del conocimiento de lo que se entiende por mitología maya y el concepto del tiempo. 

La novela nos invita a explorar no sólo las secuelas arraigadas que les deja el colonialismo a los pueblos indígenas, sino también cómo estos resisten dicha herencia eurocentrista. La trama principal de la novela se desenvuelve alrededor de la narración de como los personajes principales, Juan y Pascual, se enamoran de la imagen de la Virgen de Concepción. Si osáramos analizar el trabajo de De Lión desde un punto de vista del humanismo eurocéntrico, no quedaría de otra que diagramar tal relato como un sacrilegio; ya que el personaje de Pascual, en su veneración e idealización de los preceptos occidentales de belleza, llega a tratar de realizar el acto de copular con la imagen de madera de la Virgen. Para esclarecer el concepto de la profanación en el análisis de la novela, tomaremos como referencia el trabajo del filósofo italiano Giorgio Agamben en “Elogio a la profanación.” La distinción principal entre lo sagrado y lo profano es la separación entre lo que ha sido designado para uso exclusivo y lo que ha pasado al uso general. Este concepto de uso, reúso, y exclusión de uso es lo que viene a definir el acto de profanación y su contraparte: que vendría a ser la consagración de un objeto, idea, o lugar. En este sentido, la novela de De Lión, da lugar a interpretar el acto de profanar como un concepto de rebelión—específicamente, de rebelión indígena en contra de la religión católica como secuela de la opresión colonial.

Al leer la novela de Luis de Lión, es difícil imaginarse a este pueblo ficticio fuera del contexto del colonialismo en su forma moderna, ya que este se encuentra arraigado en la vida cotidiana de los indígenas de este pueblo como representación del “otro” que ha sido conquistado. En este caso, conquistado por la religión y el capitalismo de la nación. La profanación, o rebelión, de los personajes principales expuestos con anterioridad, es la herramienta con la que esta pieza literaria nos invita a leerla y releerla fuera de los límites impuestos por el colonialismo moderno. La Dra. Beatriz Cortez del Departamento de Estudios Centroamericanos de la Universidad Estatal de California en Northridge, construye, partiendo de la filosofía deleuciana, la definición de la identidad nacional (como consecuencia de la forma moderna del colonialismo, agrego). La Dra. Cortez presenta la metáfora del cuerpo para formar un paralelo a lo que se percibe como territorio nacional: “…desde el discurso nacionalista, la nación se define de forma rígida y permanente como una entidad ligada al territorio nacional”.

No obstante, al presentar la metáfora mencionada con anterioridad, lo expuesto por la Dra. Cortez nos invita a considerar lo maleable del cuerpo como el sinnúmero de posibilidades para redefinir la identidad nacional. Tomando esto último en cuenta, volveremos a tocar el tema de la identidad nacional al considerar el papel que la mujer indígena juega en el contexto de la novela y en la sociedad. 

No podría seguir la exposición temática de la novela sin la mención y análisis del personaje de Concha. A esta, se le apodó “la Virgen de Concepción” por su parecido físico con la imagen religiosa, con la diferencia de que Concha era morena, indígena, y una prostituta. Concha es uno de los personajes que se revela en contra del colonialismo moderno de más de una manera en la novela. Por una parte, desafía las normas del capitalismo en cuanto a la prostitución se refiere; ya que, según el narrador, esta se acuesta con prácticamente todos los hombres del pueblo sin esperar paga alguna, más que la de satisfacer el deseo de “realizar el acto”. En el texto, el narrador se refiere a esto como a una “putez honrada”. De esta manera, Concha resiste las delimitaciones estipuladas por el capitalismo como religión cultura (Agamben, 105). Otra forma en la que este personaje de Concha—y aquí, también el personaje de Juan— profanan (nuevamente, entiéndase aquí, como rebelión) es por medio de la desobediencia a los ritos de la iglesia católica. Y cito:  
"...cuando las campanas llamaban a misa, ellos ya sabían que no los llamaban a ellos, que más bien les decían que se fueran […]. No, las campanas no los habían llamado a ellos, pero entraron al templo y de la mano ambos de una blancura tan blanca..."
Retomando, entonces, el tema de la identidad de la nación como resultado de formas de colonización moderna, vemos como el poder eclesiástico que se presenta en la novela cabe en este discurso nacionalista que busca diagramar y, así, controlar al indígena como subalterno. La Dra. Cortez presenta una metáfora del cuerpo como comparación con la concepción de la nación, “…la solidificación de las identidades transcendentales busca frenar el proceso de   devenir, [esto] significa que la construcción de la nación como un lugar que construye una identidad rígida e inamovible nos quita nuestras posibilidades para considerar el proceso del devenir que siempre ha estado operando, y no permite imaginar otras posibilidades para la nación.” Esta delimitación reforzada por discursos del Estado, no solo abarca la formación de una identidad nacional rígida, sino que también llega a enmarcar el papel de la mujer indígena en la sociedad en la que coexiste. 
 
Como punto de partida para explorar el tema del papel de la mujer indígena en el discurso de la nación, tomaremos como ejemplo la dualidad y paradojismo de las dos Virgen de Concepción en la novela de De Lión: una cualquiera y la otra santa; una indígena y la otra con rasgos europeos; una gozada por todos y la otra deseada por todos. Las otras mujeres del pueblo condenaban y “le hacían la señal de la cruz” a Concha (la Virgen de Concepción puta) cuando pasaba. Este rechazo, aunque no en su totalidad, era fomentado por las creencias impartidas—o quizás impuestas—por el sacerdote como autoridad de la iglesia católica. No obstante, a la que parecía no causarle molestia alguna el ser fichada de prostituta y destituida al “ultimo rancho de la última calle” a donde fue desterrada (pg. 12). Aun así, seguía acostándose con cuanto hombre llegaba a buscarla a ese lugar al cual fue marginada. Se puede, entonces, considerar el simbolismo del personaje de Concha como la rebelión de la mujer indígena y la formación de una fuerza feminista; fuera de la consagración y simple transferencia de poder del movimiento feminista euro-centrista. 
 
Elaborando en el tema del feminismo que se expuso con anterioridad con relación al simbolismo del personaje de Concha de la novela de Luis de Lión, se expandirá, aquí, el trabajo de la Dra. Cortez. Además de basar su escritura en la visión deleuciana, la Dra. Cortez expande el concepto del devenir en el contexto de la identidad nacional con el trabajo de la filósofa y feminista contemporánea Rosi Braidotti. La Dra. Cortez cita a Braidotti, “Devenir en mujer es el punto de inicio necesario para la desconstrucción de las identidades falogocentricas […]—la posición de la mujer como desviada sexual, como la  figura de la otredad—que son elementos constitutivos del pensamiento Occidental” (29-30). Con esta deconstrucción del concepto del devenir nómada de Deleuze, Braidotti añade que aun cuando este concepto nunca se puede llegar a lograr, la manera de acercarse a este constante intento es por medio de imaginarse ser mujer (u otras minorías que no sean el patrón normativo). 
 
Comentando, ahora, en el contorno de la temática de la novela en cuanto al capitalismo se trata, tenemos la asimilación del indígena al sistema oligárquico del Estado. En el trabajo de Edgar Esquit acerca del multiculturalismo, se hace mención a las diferencias entre los diversos grupos indígenas en el territorio guatemalteco; representada por los diversos personajes principales—y aun secundarios—en la trama de la novela. En conexión al texto literario de Luis de Lión, el indígena ideal es aquel que ha decidido adoptar el discurso capitalista de la nación como el “indio” educado y limpio—obediente y manso que se apega a la normativa de la iglesia como representación de la colonización. De esta manera, se presenta en la novela el rechazo de los personajes principales de Juan y Pascual hacia la mujer indígena; y, por ende, el rechazo por su propia identidad como indígenas, y se dejan envolver en el anhelo por lo que no se es: una persona de descendencia blanca-europea. Esquit hace referencia inicial a la discrepancia que existe entre los diferentes grupos indígenas dependiendo de su temporalidad e influencia externa con otros sistemas socioeconómicos. Así como, el sistema clericó representado en la novela de De Lión busca homogeneizar a personajes como la Concha y Juan en el rancho, así mismo el estado guatemalteco folcloriza al indígena como grupo cultural y no como potencia política e intelectual.
 
En el discurso multiculturalista aceptado y legislado en Guatemala como estado democrático, se embozan los reclamos de los grupos indígena por ocupar un espacio político y económico en esta nación. Esta exigencia por autonomía política (especialmente entre los denominados mayanistas), son percibidos por los discursos nacionalistas del país como la representación de un intento separatista de parte de los diversos grupos indígenas. Aun cuando hay grupos mayas que llegan a pertenecer a espacios elites de la nación, no consiguen el mismo estatus que sus connacionales ladinos que pertenecen a la misma posición económica. A estos primeros, se les discrimina aun cuando sus esfuerzos parecieran caer en la misma retórica del progreso capitalista de la nación. Esquit menciona que, “[la] autonomía es una palabra incorrecta desde la perspectiva multiculturalista oficial según la visión de los nacionalistas que abogan por la unidad y la oligarquía que defiende sus privilegios económicos y el control de los recursos”. Con esta noción, se presenta el argumento de que lo que el indígena trata de llevar a cabo es el dividir al país; y se le enmarca a este mismo como a quien ignora la manera en que se maneja correctamente la política en la nación. En este sentido, la socióloga K’iche’ Gladys Tzul Tzul nos invita a explorar la idea del gobierno indígena fuera del capitalismo nacional.
 
La Dra. Gladys expone la idea del gobierno comunal indígena desde el punto de partida en que se han basado sus investigaciones académicas. De acuerdo a lo expuesto, la resistencia indígena tiene dos caras: la de la festividad y la de resistencia; ambas representativas de la cultura maya. La práctica de la política por naturaleza mecánica es comunal y es en este concepto de lo comunal que se basan las prácticas políticas de los mayas. En este sentido, el tratar de razonar el concepto de la política como a un cuerpo individual sería contraproducente y no natural. A la riqueza, según ideologías políticas mayas, se le denomina como concreta y se redefine como lo necesario o lo que permite vivir. En el contexto de la novela de De Lión, vemos esta idea de gobierno comunal llevada a cabo por el personaje de Juan al ayudar a Pascual. En este pasaje del libro, que más parece la inserción arbitraria de alguna fábula maya, se expone al personaje de Juan personificado por una Gallina y a Pascual por un Coyote (análogo a la naturaleza de la personalidad de los protagonistas); y se presenta la siguiente interacción entre ambos: “…y Gallina saco de un matate que traía al hombro una manta llena de maíz blanco y otra llena de frijol negro y se las puso en las manos. –Es algo que te traje porque pensé: está solo, desamparado y yo tengo.” De esta manera, se podría decir que el concepto de la propiedad desde este ángulo es anticapitalista ya que no se refiere a riquezas en términos de lo que se puede acumular sino de cómo se pueden distribuir tales recursos para el bienestar de la comunidad. Se podría decir que este pasaje de la novela de De Lión representa lo que la Dra. Gladys denomina la metáfora del archipiélago. Esta figura literaria de comparación es utilizada para hacer resonancia a la función de un sistema comunal y de cómo este (en la temática de la rebelión indígena) auxilia en impedir la “totalización del Estado guatemalteco” que busca homogeneizarlos dentro del discurso político de la nación. Las acciones de Juan al ayudar a Pascual son definidas dentro de un sistema comunal que reta la idea del capitalismo ya que se comparte lo producido en lugar de vivir la noción de un propietario individualista (Tzul 2018).
           
Al tomar como base las investigaciones de estos dos intelectuales mayas, acerca de lo que constituye la propuesta del gobierno comunal indígena dentro del discurso oficial del multiculturalismo en la nación, podemos interpretar esta propuesta como un intento conciso de la rebelión indígena. La Dra. Gladys define como gobierno comunal indígena a “las históricas instituciones comunales que funcionan en la defensa, recuperación y control de las tierras comunales que comparten mujeres y hombres, niños y niñas [indígenas]”. Quizás podríamos decir que quien mejor ejemplifica este fervor de defensa en la novela es Pascual. Cuando Pascual regresa—después de desertar de la militar y de sufrir los azotes del racismo sistemático fuera de su pueblo—dice, “Te llenás de odio. Y entonces, mejor volvés a tu pueblo […]. Tal vez mas bien sea que venís a vengar a sus mujeres o a defender a sus hombres.”. Esta exposición de lo ocurrido al personaje de Pascual deja en evidencia el fracaso del Estado al garantizar, entre otras cosas, igualdad y equidad. 
 
Ahora bien, podríamos decir que, en el sentido tradicional del análisis literario, la escritura de Luis de Lión aporta significativamente al campo del estudio de la narrativa ficticia. En el ensayo “El derecho a la ficción” del salvadoreño Ricardo Roque Baldovinos, habla de la relevancia entre lo que se considera la identidad nacional y la literatura (la ficción específicamente). Se hace la distinción entre la noción que se tiene de la ficción en relación a la mentira; no obstante, el Dr. Roque nos invita a reanalizar esta noción y encontrarle sentido a esta terminología desde el punto de partida de la invención. De esta manera, el autor declara que la nacionalidad y la identidad nacional son meramente ficción, ya que somos nosotros mismo quienes nos las inventamos por medio de relatos—en relación a lo que entendemos por historia. En este sentido, y para comprender el papel que la literatura conlleva en la formación de una identidad nacional, es necesario, de acuerdo con el Dr. Roque, salirse del mundo de lo que se acepta como fáctico e imaginarse, por medio de la ficción, lo que se encuentra más allá de los preceptos sociales. 

El Dr. Roque menciona, en este análisis de la ficción, al filósofo Paul Ricoeur y su trabajo en cuanto a la obra artística se refiere. La exposición de Recoeur de su triple mímesis (la prefiguración, configuración, y transfiguración) va de la mano con la propuesta del Dr. Roque al invitarnos a ver a la literatura narrativa como un proceso creativo partiendo de la imaginación que surge de vivencias sociales. El Dr. Roque concluye definiendo que el derecho a la ficción es en si el derecho a la imaginación y a la libertad (Pg. 159). Desde su punto de vista, la literatura es el vínculo directo entre el entendimiento que tiene el ser humano consigo mismo y las diferencias y similitudes que lo unen con “el otro”. Es esencial no sólo tratar de entenderse a uno mismo—y a su identidad nacional en este ámbito—sino también incluir la perspectiva de los pueblos que sin esto la noción de una identidad nacional es incompleta. Dicha noción no solo viene a ser fragmentaria, sino también que tiende a caer bajo la diagramación en los campos de estudios académicos. 
 
En el congreso de “Futuros liberados”, llevado a cabo en la Universidad Estatal de California en Los Ángeles, la socióloga y rapera feminista Rebeca Lane compartió sus experiencias en una de las universidades más antiguas y prestigiosas de Guatemala (la Universidad de San Carlos de Guatemala). Lane explica que la sociología en Latinoamérica, sino es representada desde la perspectiva del hombre blanco, se denomina simplemente como estudios culturales y no llega a ganar reconocimiento como ciencia (en lo que se entiende como ciencia en la lógica occidental que invade la academia). Relativo a lo que se expuso con anterioridad acerca del trabajo del Dr. Roque, se puede concluir que la falta del análisis de trabajos ficticios en las naciones centroamericanas los pone en riesgo a ser diagramadas simplemente como estudios culturales. No obstante, Lane contribuye la creación de ciertos tipos de expresiones artísticas, como formas de rebelión y activismo social, precisamente a la falta de estos espacios en los diagramas académicos. En este sentido, se podría concluir de este pensamiento deconstructivista que los espacios artísticos (ya sea la narrativa ficticia, el hip hop, etc.) son una herramienta que se puede utilizar para conmocionar a la gente acerca de lo que sucede, por ejemplo, en las noticias. 
 
La importancia del análisis literario de esta obra cae en el contexto histórico y cultural en el que se desenvuelven las ideas expuestas por el narrador anónimo de la novela.  Empezando por el título de la novela, esta narrativa nos invita a rechazar la predisposición que existe en la academia de diagramar esquemas para el análisis de la literatura desde un punto de vista lejano a la cosmovisión del indígena. El refutar la tendencia de pensar en la literatura desde una corriente euro-centrista requiere de un arduo trabajo interdisciplinario. Este intento de descolonizar la literatura centroamericana es precisamente el punto de partida de interpretación de la novela de Luis de Lión (aunque pueda parecer redundante). Para analizar esta clase de literatura es necesario considerar en contexto histórico fuera de la diagramación del discurso nacionalista. El comienzo de esta lucha en contra de la identidad nacional se lleva a cabo, por parte, a medida que se ejerce el derecho a la ficción (que, como diría el Dr. Roque, “no es otra cosa que el derecho a la imaginación [entiéndase aquí, como invención] y a la libertad). 
 
Antes de tratar de ofrecer un cierre concluyente a este análisis de la novela de De Lión, es necesario el explorar la idea de la subalternidad con conexión a la ya mencionada narrativa. Se puede proponer la siguiente interrogativa tomando como punto de partida el debate marxista según el filósofo y político italiano Antonio Francesco Gramsci: Lo subalterno como expresión de la experiencia y la condición subjetiva del subordinado” está determinada por una relación con la hegemonía que el discurso de la nación ha fomentado para subyugar al indígena. Entonces, pregunto, ¿no se puede considerar tal experiencia como base para una construcción histórica oficial dada su condición “subjetiva”? En esa esfera de lo que se entiende por subalterno, debe tener elementos específicos para llevarse a cabo: (1) una fuerza militar dispuesta a subyugar; y (2) el sujeto dispuesto a ser subyugado. La interpretación que osa plantear este ensayo acerca de la novela de De Lión, constituye un viene-y-va del concepto de lo subalterno. No solo de esta noción, sino también de la rebelión en contra de la subyugación de parte del Estado como representación del discurso de la colonización moderna por medio de sus formas más prevalentes: la iglesia católica, el capitalismo, y, he aquí, la militarización de pueblos indígenas.  
 
Es probable que el tema de la militarización parezca no tener lugar al final de este ensayo—ya que quizás haya un lugar más adecuado para el tema en un bosquejo propiamente académico. No obstante, considero inverosímil el no tratar de entender el contexto en el cual Luis de Lión produjo esta obra narrativa que invita a ser, como ya mencioné antes, leída y releída. No solo como prueba del trabajo literario centroamericano, sino en un contexto histórico y cultural que incita a deconstruir la noción de los campos académicos que parten del pensamiento debidamente Occidentales. Esta es la manera en la que vengo a tratar de honrar la muerte de un intelectual maya en las manos de los Escuadrones de la Muerte en Guatemala. Una de miles sin resolver ni obtener justicia. La novela de El tiempo principia en Xibalbá, me llevo a explorar más de una filosofía contemporánea con finales descolonizadores; partes de la historia que se consideran oficiales en Guatemala; y la exploración (aun cuando hasta cierto punto superficial) de la mitología maya. 
 
Para concluir este ensayo, debo exponer, paradójicamente, que no está concluido. Al final de esta indagación de la temática literaria en esta narración ficticia, han quedado más interrogativas que explicaciones. En otras palabras, considero que hay un sinnúmero de posibilidades de investigación de esta novela que el trabajo no termina con esta exploración temática. Para seguir el trabajo de analizar este trabajo de Luis de Lión, se podría proponer el estudio de la novela desde un punto de partida lingüístico. Aun cuando se podría considerar la lingüística como un campo de estudio formado a partir del pensamiento Occidental, se puede utilizar—o profanar como quizás lo podría plantear Agamben—para proponer la presencia de la resistencia indígena por medio del lenguaje escrito; como, se podría imaginar, hizo en la novela Luis de Lión.  

Works Cited


Agamben, Giorgio, “Elogio a la profanación”. Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2005.

Braidotti, Rosi. The Posthuman. Cambridge: Polity Press, 2013. 

Cortez, Beatriz. “El cuerpo y la nación: sobre la muerte y el devenir”. Revista realidad.

De Lión, Luis. El tiempo principia en Xibalbá. Guatemala: Magna Terra Editores, 2003. 

Esquit, Edgar. “Los discursos dominantes sobre la diversidad cultural en Guatemala:
naturalizando el multiculturalismo”. (Per)versiones de la modernidad. Literaturas, identidades, desplazamientos. Guatemala: F&G Editores, 2012. 283-296.

Foucault, Michel. El sujeto y el poder: Primera traducción al castellano, por Santiago Carassale
Angelica Vitale. España: Editorial: Biblioteca Libre Omegalfa. Consultado 15 diciembre,
2018. file:///C:/Users/sando_000/Downloads/el-sujeto-y-el-poder.pdf

Lane, Rebeca. Liberated Futures 2018: A Colloquium on Central America & The Caribbean.
Latin American Studies Society at California State University Los Angeles, 2018.

Megged, Nahum. (1991). El universo del Popol Vuh. Análisis histórico, psicológico y filosófico del mito quiché. México: Diana/UNIVA.

Roque Baldovinos, Ricardo. “El derecho a la ficción”. Niños de un planeta extraño. San Salvador: Editorial Universidad Don Bosco, 2012. 151-155. 

Tzul Tzul, Gladys. Gobierno comunal indígena y Estado guatemalteco: Algunas claves críticas para comprender su tensa relación. Guatemala: Ediciones Bizarras Instituto Amaq’, 2018. 5-32.

UNAM_MX. “La concepción del tiempo de los mayas” por Mercedes de la Garza (2013).
Consultado 5 diciembre, 2018. https://www.youtube.com/watch?v=oVmgmjQJIhE
 

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